Morfeo se hace terapeuta y unas divorciadas deprimidas
De todos es sabido el poder curativo que tiene dormir y las consecuencias negativas que se derivan de la privación de sueño en el cerebro y en el cuerpo. En cuanto a los efectos perniciosos que afectan directamente en nuestra salud, la falta de sueño está relacionada con un mayor riesgo de diabetes, hipertensión, enfermedades del corazón y muerte prematura. La falta de horas de sueño reduce la productividad, dificulta el pensamiento creativo, distorsiona el sentido de autocontrol y la disciplina, es un disparador para que tengamos problemas en las relaciones personales (a mí me pone de un malísimo humor en el que no me aguanto ni yo), y además, está relacionado con un gran porcentaje de accidentes de circulación debido a la fatiga.
Esta falta de sueño está asociada también a la obesidad, y en los niños, puede provocar muchos de los síntomas asociados al TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad). Aún recuerdo cuando era un mocoso, escuchar de la boca de mi madre una frase mágica: “A este niño le hace falta dormir. A la cama a la de ya”. Y no fallaba, al día siguiente me despertaba como una rosa. Y esta frase creo que es universal y muy actual, por lo menos en mi día a día.

Y Morfeo se convierte en terapeuta, y sin necesidad de pagarle por cada sesión.
Vale, ya sabemos las consecuencias de la falta de sueño y lo saludable que es para nuestro coco dormir las horas que cada uno de nosotros necesita. Pero además de dormir, nos vamos a centrar en este post en los efectos terapéuticos del maravilloso mundo de los sueños. Mientras sueñas tu mente inconsciente repasa y se ocupa de todos tus problemas e intenta reducir o edulcorar su impacto emocional y al mismo tiempo, plantea y halla soluciones desde perspectivas nuevas e inusuales. Veamos dos ideas:
- Soñar en las cosas que nos generan mucho malestar puede ayudarnos a aliviar un posible trauma.
- Los sueños podrían ayudarnos a afrontar algún problema vital.
Rosalind y unas divorciadas deprimidas que sueñan con sus exmarido. O no.
Rosalind Cartwright juntó a un grupo de divorciadas a las que se había diagnosticado depresión (suele ser habitual que las personas que pasan por un proceso de separación presenten un Trastorno Adaptativo con síntomas ansiosos y depresivos).
R. Cartwright “Dreams and Adaptation to Divorce”. Trauma and dramas, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1996.
Como Rosalind quería que se sintieran como en su casa, las invitó a dormir unas cuantas noches en su laboratorio del sueño, pero con una diferencia, en lugar de sus ositos de peluche, iban a dormir con un EEG que controlaba sus conexiones cerebrales y que avisaba cuando las participantes comenzaran a soñar.
Los investigadores que trabajaban con Rosalind, despertaban a las voluntarias deprimidas cada vez que soñaban y les pedían que les narraran el sueño (¿Soñarían con los exmaridos?). Una vez acabada la explicación de la falla, a dormir de nuevo. Cuando aparecía un nuevo sueño, esperaban que finalizara y de nuevo las despertaban para que narraran lo ocurrido. Con todo el material recogido, el equipo de Rosalind analizaba los sueños, el componente emocional y evidentemente contar las veces que salieron los exmaridos en sus sueños.
Un año después, el equipo de Rosalind Cartwright (cada vez me gusta más ese nombre, si algún día tengo un gato la llamaré Rosalind) se puso en contacto con las divorciadas y así poder comprobar, si seguían deprimidas.

¿Habría diferencias entre lo que habían soñado las que seguían deprimidas y las que se encontraban sin sintomatología depresiva? ¿El resultado?
Pues hete aquí el resultado que resulta sorprendente. Las voluntarias que al principio del estudio tuvieron sueños de carga emocional y más sueños en los que aparecía el exmarido, eran mucho más propensas a curarse de la depresión. Soñar desempeña un papel de vital importancia para afrontar el estrés y la tensión de la vida cotidiana. No solo se trata de dormir, que también, la clave parece estar en los sueños. No iba muy desencaminado Freud, pero no en cuanto a la interpretación que hacía de los sueños. Freud pensaba que los sueños reflejaban muchos tipos de necesidades que permanecían ocultas, pero hizo un especial hincapié en dos impulsos básicos: la agresividad y el sexo. Freud tenía razón al pensar que tienen mensajes ocultos, pero erraba al creer que casi todos se reducen a estos dos impulsos. Los sueños reflejan preocupaciones cotidianas de las personas y no hace falta años de formación para descodificarlos, solo se trata de prestarles atención y relacionarlos con sucesos reales de la vida. Te dejo un enlace de un artículo de El País en el que te explico un sencillo método de cuatro pasos que puede servirte como guía para analizar tus sueños. Así de fácil.
Así que ya sabes, no te preocupes en exceso si durante un proceso de estrés, de ruptura de pareja o de dificultades en en el trabajo, sueñas con lo que te genera desazón. Seguramente tu cerebro está encontrando respuestas por medio de los sueños. Saludos y dulces sueños.
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Muy de acuerdo con la necesidad de los sueños son una buena forma y frecuente de procesar traumas , in buen post muy claro y bien escrito, enhorabuena
Gracias Dra. Leonor Montoliu por su comentario. Un saludo y dulces sueños