¿Y quiénes son las chicas que aparecen en esta foto? Pues mira, si observas con atención la fotografía de izquierda a derecha, sus nombres son: Mamen, Nuria y Miriam. ¿Y son importantes estas tres mujeres? Mucho, pero tan solo que ellas no lo saben, y muchos de los valencianos que celebramos hoy nuestro día, tampoco. Estas mujeres son voluntarias de una asociación que se llama “Endavant asociació de serveis socials” ubicada en Valencia y es una de las numerosas asociaciones de familiares y repleta de voluntarios que trabajan con personas con discapacidad Intelectual y del desarrollo. 

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Y son casi héroes. Yo he tenido la fortuna de coincidir un fin de semana de octubre con ellas y con sus chicos en un albergue Juvenil de la Comunitat Valenciana. Mientras yo disfrutaba de un fin de semana relajado con los míos, estas tres mujeres han hecho posible que los padres de los chicos de la Asociación a la que pertenecen pudieran darse un respiro, pudieran tener una tregua en su vida, propiciarles la oportunidad de tener un espacio para sus cosas; y evidentemente que los chicos respiren un soplo de aire fresco y que tengan una aventura. No había visto a Mamen, Nuria y Miriam en mi vida, de hecho desconocía de la existencia de la asociación a la que pertenecen, y me han dado, bueno, mejor dicho, nos han dado una buena lección, una lección de esas que no se olvidan. Hacer esta foto no ha sido nada fácil, de hecho, si te fijas bien en sus caras, parecen estar diciendo: por favor sácanos guapas, pero date prisa en hacer la fotito que tenemos un mocoso aquí detrás que se nos puede escapar. De hecho, Mamen tiene su mano izquierda sujetando con firmeza la mano de un niño y aunque no lo veas, Nuria y Miriam tienen extendido su brazo derecho para estar cerca del chico por seguridad, por si acaso. Y esta foto, podría ser la película del fin de semana, atención, cuidado, empatía y generosidad, generosidad a raudales. Voluntarias. Han dado muestras de cariño sin estar obligadas a ello (esto no se compra ni se firma, ni se puede estipular en contrato alguno), han tenido unas buenas dosis de paciencia a la hora de educar a los chavales, una sonrisa continua y casi perenne a la hora de recordar por lo bajini que se lavaran los dientes, disciplina, firmeza y unas gigantes manos izquierdas para que los chicos no traspasaran los límites, mil ojos abiertos en cada momento para que ningún chaval se pudiera perder o se lastimara, han bailado y cantado, han pedido canciones a unos señores conque sabían que entusiasmaban a los chavales y no tanto a ellas. Nuria, Mamen y Miriam, hoy y seguro que muchos otros días habéis sido ellos sin olvidaros de vosotras. Y eso es empatía ¡Menuda lección!
Voluntarios ¿de qué pasta estáis hechos? Gracias chicas