Doce películas, psicología y palomitas.
Doce hombres sin piedad
En la película Doce hombres sin piedad (Qué grande Henry Fonda) un jurado obligado a considerar un juicio por homicidio, tiene en principio una decisión casi unánime (todos exceptuando a Fonda) de culpar al reo, y a lo largo de la peli, van cambiando de opinión por medio de dudas razonables. La expresión que suelta el verso suelto del jurado “Tenemos que hablar” me recuerda mucho a la situación del panorama actual español, pero claro, hablar, respetar y consensuar en España, me parece que… No te pierdas la peli y sus diálogos, y observa los cambios que se dan. En muchas ocasiones, por no decir la mayoría, las cosas no son lo que parecen. (más…)
Rizaldos, psicología 2.0 y el humorista Gila.
Sin preámbulos ni presentaciones, vamos a lo importante. Con el permiso del lector me ahorro la típica presentación repleta de exaltaciones y de peloteo; y si te interesa saber algo más de Miguel Ángel Rizaldos, puedes buscar por internet opiniones sobre él. Para mí, un buen colega de profesión y una persona honesta, que con los tiempos que corren, no es poco. (más…)
¿Paraqué? Parafilias. Un pie, un antebrazo y una terapia para ser más hombre.
Todas las mañanas que su pareja acudía al gimnasio, María esperaba en la cocina de su casa acompañada de un café, unas tostadas y vestida con ropa algo más que sugerente. María tenía una debilidad y una pasión: el antebrazo derecho de su chico. Él era zurdo, pero se obligaba a realizar todas las tareas físicas que fueran posibles con la mano derecha para fortalecer su antebrazo y complacer a su chica. Diez pesas con el izquierdo, quince con el derecho; en los deportes de raqueta intentaba jugar con la derecha; cualquier ocasión era buena para ejercitar sus músculos; sus esfuerzos tendrían una buena recompensa. (más…)
Pros y contras, una moneda y una mosca que despista
Sí, no; derecha o izquierda; subo o bajo; ¿le llamo para quedar esta noche o no le llamo? ¿y si me dice que nones? ¿les presento tal proyecto o lo dejo aparcado hasta que está más seguro? ¿le digo lo que pienso (y descanso) o me lo callo (y reviento)? Por fortuna y hasta que nos vistan con un pijama de madera, las personas tomamos cada día infinidad de decisiones sobre temas que son más o menos importantes. Cuando los afrontamos, podemos atascarnos (las menos), otras veces nos preocupamos o nos instalamos en la incertidumbre, en muy pocas ocasiones quedamos bloqueados por la angustia, y la mayor parte de nuestras dudas las solventamos con soltura, imaginación, creatividad y con bastante acierto. Vamos a ver en este post una fórmula que no funciona y un par de estrategias que pueden ayudarte a tomar decisiones. Y sin agobios. Pero antes, damos un rodeo. (más…)
Un mal día, una folclórica y unos castillos de arena
Un encontronazo con el jefe; una pequeña bronca con la pareja (encima el otro tiene razón, y tú lo sabes); un atasco justo el día que más prisa tienes; una avería en la caldera en pleno invierno; una cancelación sine die de esa cita tan importante; pasar una mala noche, dormir poco; una carta de Hacienda con invitación a presentar papeles; un “no” por respuesta ante algo que te había ilusionado; una jaqueca de escándalo; un dolor de muelas; tu hijo pisa una mierda de perro y sin querer la pasea por toda la casa; encontrarse con una persona tiñosa y no poder deshacerse de ella; lo mismo, pero con una persona brasas; lo mismo, pero con un narcisista; descubrir que un compañero de trabajo intenta hacerte la cama con malas artes (¡ay, si al menos tuviera estilo!); encontrarte con tu ex y su nueva pareja; que te cobren más de la cuenta en un restaurante, o lo que es lo mismo, sufrir un sablazo de aúpa; quedarse sin gasolina lejos de la civilización, etcétera, etcétera, etcétera. Seguro que se te ocurren muchas más. Recuerda: a perro flaco todo son pulgas. (más…)
Superwoman, unas gotas de Kriptonita y unas cicatrices
El curioso caso de una mujer que pensaba que era Superwoman y que cuando le cayeron unas gotas de kriptonita, encontró significado a la vida.
Perfeccionista, razonablemente feliz, valiente, buena tipa, pero buena de las de verdad, muy responsable y un tanto rígida, con ciertas dificultades para decir no, empática, leal y amiga de sus amigos. Un chollo para cualquier empresa y un negocio redondo para asociarse con ella de por vida. Sí, ella era (y lo sigue siendo en la actualidad, solo que ahora mola más) de esas personas que no fallan y que siempre están ahí cuando uno la necesita. Ella podía con todo: las tareas de su casa y las de más allá, la familia (la suya y la de él), su casa, el trabajo, los amigos, los recibos, llegaba hasta la letra pequeña. Pero se olvidaba de ella. Superwoman pensaba que no necesitaba a nadie, o que simplemente, no quería molestar. (más…)

