Un encontronazo con el jefe; una pequeña bronca con la pareja (encima el otro tiene razón, y tú lo sabes); un atasco justo el día que más prisa tienes; una avería en la caldera en pleno invierno; una cancelación sine die de esa cita tan importante; pasar una mala noche, dormir poco; una carta de Hacienda con invitación a presentar papeles; un “no” por respuesta ante algo que te había ilusionado; una jaqueca de escándalo; un dolor de muelas; tu hijo pisa una mierda de perro y sin querer la pasea por toda la casa; encontrarse con una persona tiñosa y no poder deshacerse de ella; lo mismo, pero con una persona brasas; lo mismo, pero con un narcisista; descubrir que un compañero de trabajo intenta hacerte la cama con malas artes (¡ay, si al menos tuviera estilo!); encontrarte con tu ex y su nueva pareja; que te cobren más de la cuenta en un restaurante, o lo que es lo mismo, sufrir un sablazo de aúpa; quedarse sin gasolina lejos de la civilización, etcétera, etcétera, etcétera. Seguro que se te ocurren muchas más. Recuerda: a perro flaco todo son pulgas. (más…)

Read More