Seis relatos para iniciar un libro
Como los relatos que he ido subiendo a lo largo de este año, han tenido una muy buena acogida por muchos de vosotros, este año 2018 sale a la luz mi primer librito en el que contaré, con la ayuda de mis vecinos imaginarios, algunas cosas sobre psicología de la cotidianidad. A continuación te voy a ir presentando los personajes del libro.
Puerta 2. Jeremías y María. Un abogado amante de la papiroflexia y una directiva de viaje astral
Jeremías, mi vecino de la puerta dos, es un tipo algo desconfiado, temeroso, amante de tener las cosas controladas y experto en detectar la mediocridad del personal. Abogado de causas perdidas, experto en delincuentes de poca monta y forofo de la papiroflexia, igual te gana un juicio de blanqueo de dinero o de daños a la propiedad que te hace un avioncito de papel mientras la fiscalía lanza una perorata a su señoría. Orondo con traje gris, nariz aguileña, cejas depiladas, calva reluciente, barba de dos días algo blanquecina y bien recortada, una sempiterna sonrisa de oreja a oreja y su inseparable maletín de cuero negro son las credenciales de este gordo bonachón.
Felizmente casado, o eso parece, desde hace diez años y un día con María, una exitosa directora de recursos humanos de una cadena de supermercados de día, y viajera astral y espiritista, de noche. Joven, lista, pelo largo y rizado, con curvas bien definidas que se dejan entrever en su traje chaqueta y con unos grandes coloretes que le asoman en las dos mejillas cada vez que sube la calor o escucha alguna voz del más acá, o del más allá, que le excita o le deja fuera de juego. María, aporta al proyecto vital de la puerta dos una buena cuenta corriente, una personalidad histriónica, una vida que es puro teatro, un perro carente de pedigrí más chulo que un ocho, una tabla ouija y una madre como Dios manda. (…) Continuará…
Puerta 11. Manuel, un electricista con los fusibles chamuscados
Mi vecino de la puerta once ejerce de electricista de día y hace valer su reseco cerebro multitarea de noche. Un chispas de día con una instalación casera algo chamuscada y que funciona a base de empalmes, restos de cinta aislante y muchas trampas que provoca calambrazos nocturnos arreglando fusibles ajenos. Su vida es un cuadro sin transformador nada corriente. Tiene tal lío de cables que confunde la gimnasia con la magnesia y lo mismo te defiende a capa y espada que el superyo es un héroe infantil con superpoderes, que te cuenta extraordinarias e inverosímiles teorías conspiranoicas para explicarte lo mal que va el mundo. (…) Postureo al máximo en la barra de bar de día y dueño de cinco perfiles falsos en Facebook por la noche. Y lo peor de todo, es que en estos perfiles solo existe el género femenino. Sí, un perfil real desde el que sube fotos de paisajes, de alguna noticia deportiva de su equipo de fútbol y algunos comentarios presos de kilos de imbecilidad, y cinco falaces y femeninos perfiles con los que flirtea con hombres, mujeres y viceversa. (…) Y tanto va el cántaro a la fuente que al final… Continuará…
Puerta 9. Francisco, un tipo con Amnesia anterógrada, anosognosia y un síndrome de deshinbición.
Francisco, mi vecino de la puerta nueve, anda más perdido que Pepe leches. Ex-diputado hasta hace dos años, ex-empresario hasta hace tres, ex-marido desde hace ocho años y desde hace tan solo dos, se ha convertido en un ex de sí mismo. Hace dos años, sufrió un ataque al corazón que le causó algunas lesiones en el área fronto-temporal que tiene ubicada en la sesera y desde entonces, arrastra un peculiar problema de memoria. Como bien dijo el bueno de Pascal, el corazón tiene razones que la razón no entiende, el bueno de mi vecino ha hecho suya la frase; ha tenido un problema cardiaco y ha perdido parte de su razón de ser y casi en su totalidad, su identidad. (…) Aunque sigue teniendo el mismo corte de pelo y utiliza el mismo número de zapatos e idéntica talla de pantalón y aunque su foto y su número del DNI no hayan cambiado ni caducado, como tampoco ha habido grandes cambios en su casa a excepción de una pequeña reforma en el baño y un cambio de color en su salón comedor de verde pistacho a blanco roto, Francisco, ya no es el mismo. Es lo más parecido a un camaleón humano y cambia de identidad según la situación en la que se encuentre. Cada vez que va al centro de salud mental se convierte durante unos minutos en un médico psiquiatra y se pone a hablar de psicofármacos, de salud mental y del DSM. Por arte de birlibirloque se convierte en un abogado de prestigio y se pone a hablar de leyes cada vez que se encuentra frente a frente con Jeremías, el abogado de las causas perdidas que vive en la puerta dos. Cuando va al bar de la esquina y alguien le pide un coctel (todo un clásico los sábados por la tarde para gran alegría de la parroquia del local), se convierte en un experto barman y se pone a preparar, coctelera en mano y pajarita en cuello, un Negroni, un Daiquiri o un Black Russian con su puntito de licor de café. (…)El pasado jueves se encontró con un repartidor de Pizzas y ocurrió… Continuará
Puerta 6. Carla, una maestra cansada de acosos
Carla, mi vecina de la puerta seis es una mujer de armas tomar que no pertenece a ningún ejército, aunque lucha silenciosamente contra varios de ellos. Maestra en un colegio público de infantil y primaria, tutora de 24 niños y niñas de 10 y 11 años, apasionada por su trabajo y consumidora ocasional de valium los finales de cada trimestre y los días que tiene reunión con los exigentes padres de sus niños. Practica yoga dos días a la semana, sale a correr los sábados por la mañana y le encanta ponerse en modo avión los domingos por la tarde. (…)A Carla le abruma escuchar en boca de desconocidos, improperios y comentarios casposos dedicados a su cuerpo y a sus posibilidades. Pero le encanta que un conocido o los buenos amigos le recuerden lo guapa que está esa mañana o lo bien que le queda ese nuevo corte de pelo. Cada vez que sube en el metro y es hora punta, se mantiene en alerta para detectar manos que soban, cuerpos que rozan y miradas que le empujan a una sucia habitación de hotel. Pero aprecia y mucho, que un conocido o un buen amigo le dé un buen abrazo cuando está en horas bajas o le haga un simpático y poderoso guiño cómplice para relativizar alguno de sus contratiempos. No soporta las miradas hipnóticas de los babosos de turno, detesta los sonidos guturales que emite un corrillo de tipos cuando pasa por delante de ellos y le deja fuera de juego que un desconocido le regale flores y le plantee un juego para esa misma noche.
Todos los albañiles están enamorados de Carla y muchos hombres casados, también. Unos gritan y piropean desde la azotea, los otros, chillan silenciosamente con sus watsapps a partir de la medianoche mientras sus supuestas sumisas mujeres sueñan con facturas, con hijos, con futuros o fantasean con otros tipos.
No invita a extraño alguno a que le dé un repaso con la mirada ni espera participar de fantasías erótico festivas con hombres que se encuentra por la calle cada vez que sale a pasear.
Su sonrisa social es en ocasiones, para su desgracia en muchas ocasiones, percibida como la búsqueda de un más allá desde el más acá. Su exquisita educación se confunde con mojigatería morbosa para más de uno. Su estupefacción, su bloqueo y su tez roja, que le surge cuando escucha un piropo por la calle, sirven para que los neanderthales multipliquen sus kilos de poder y de testosterona, y no encajen de buena gana un no por respuesta o su simple silencio.
(…)
Hace un tiempo que el instinto maternal ha tocado a su puerta y como a la pareja, ni está ni se le espera, se ha lanzado a..
Todos los albañiles están enamorados de Carla y muchos hombres casados, también. Unos gritan y piropean desde la azotea, los otros, chillan silenciosamente con sus watsapps a partir de la medianoche mientras sus supuestas sumisas mujeres sueñan con facturas, con hijos, con futuros o fantasean con otros tipos.
No invita a extraño alguno a que le dé un repaso con la mirada ni espera participar de fantasías erótico festivas con hombres que se encuentra por la calle cada vez que sale a pasear.
Su sonrisa social es en ocasiones, para su desgracia en muchas ocasiones, percibida como la búsqueda de un más allá desde el más acá. Su exquisita educación se confunde con mojigatería morbosa para más de uno. Su estupefacción, su bloqueo y su tez roja, que le surge cuando escucha un piropo por la calle, sirven para que los neanderthales multipliquen sus kilos de poder y de testosterona, y no encajen de buena gana un no por respuesta o su simple silencio.
(…)
Hace un tiempo que el instinto maternal ha tocado a su puerta y como a la pareja, ni está ni se le espera, se ha lanzado a..
Puerta 7. Felipe, un frutero amigo de alienígenas
El vecino del tercero es un tipo un tanto peculiar. Vive en la puerta siete, tiene alrededor de cuarenta años, es dueño de una frutería que heredó de sus padres, que en paz descansen, y a simple vista, parece la mar de centrado hasta que conversas con él durante más de dos minutos. (…)Felipe, es un amante de los ovnis, aunque él prefiere que le llamen ufólogo que queda más científico; cree firmemente que estamos rodeados de extraterrestres que ocupan puestos de poder en el planeta tierra y para colmo, tiene un perro verde.
Que si las pirámides fueron obra y gracia de alienígenas que vinieron para no marcharse, que si los emperadores fueron entes superiores venidos del espacio exterior, adoptaron forma humana y como les moló el rollo terráqueo decidieron no regresar a su planeta, para gran desgracia de sus mujeres, maridos y suegras. Que si la Atlántida guarda una sabiduría inimaginable para el hombre del siglo XXI que pronto se va a descubrir; que la NASA sabe lo tuyo y lo nuestro, pero no suelta prenda; que el próximo Papa será un marciano y el presidente actual de los EEUU ya lo es aunque no lo parezca, o sí. Cada día surge un tema nuevo. Un kilo de manzanas golden y te suelta un rollo sobre dos razas alienígenas venidas de dos planetas que se encuentran en otra galaxia. Dos civilizaciones superiores que guerreaban entre sí y trajeron a la Tierra sus naves espaciales, sus pirámides y sus diferencias y así nos luce el pelo. Si se te ocurre comprar un melón, refuerza su teoría con componentes prácticos; las dos razas serían el Yin y el Yan, el comunismo y el capitalismo, el Norte y el Sur, los ricos y los pobres, los nazis y los aliados, los del Barcelona y los del Madrid, los Republicanos y los Demócratas y así hasta el infinito y más allá. Y que si el mundo está hecho unos zorros es que van ganando los alienígenas más malvados. Y si le compras unas peras, unos melocotones o un racimo de uva, te da la buena nueva en modo top secret, que hace poco ha visto en internet que en breve van a venir cien mil naves del planeta más molón y salvarán a humanos, animales y plantas de la extinción y de paso, nos liberarán de estos marcianos tiranos. Pero él tiene claro que es frutero, seguidor del Betis manquepierda, devoto de la Macarena y no tiene claro si su ex-mujer pertenece a esta civilización o a la otra.
Tiene una legión de seguidores en su blog, en Youtube y en Facebook, escribe en un par de revistas de ufología, toma café de vez en cuando con Miguel Blanco e Iker Jiménez y el otro día,… Continuará…
Que si las pirámides fueron obra y gracia de alienígenas que vinieron para no marcharse, que si los emperadores fueron entes superiores venidos del espacio exterior, adoptaron forma humana y como les moló el rollo terráqueo decidieron no regresar a su planeta, para gran desgracia de sus mujeres, maridos y suegras. Que si la Atlántida guarda una sabiduría inimaginable para el hombre del siglo XXI que pronto se va a descubrir; que la NASA sabe lo tuyo y lo nuestro, pero no suelta prenda; que el próximo Papa será un marciano y el presidente actual de los EEUU ya lo es aunque no lo parezca, o sí. Cada día surge un tema nuevo. Un kilo de manzanas golden y te suelta un rollo sobre dos razas alienígenas venidas de dos planetas que se encuentran en otra galaxia. Dos civilizaciones superiores que guerreaban entre sí y trajeron a la Tierra sus naves espaciales, sus pirámides y sus diferencias y así nos luce el pelo. Si se te ocurre comprar un melón, refuerza su teoría con componentes prácticos; las dos razas serían el Yin y el Yan, el comunismo y el capitalismo, el Norte y el Sur, los ricos y los pobres, los nazis y los aliados, los del Barcelona y los del Madrid, los Republicanos y los Demócratas y así hasta el infinito y más allá. Y que si el mundo está hecho unos zorros es que van ganando los alienígenas más malvados. Y si le compras unas peras, unos melocotones o un racimo de uva, te da la buena nueva en modo top secret, que hace poco ha visto en internet que en breve van a venir cien mil naves del planeta más molón y salvarán a humanos, animales y plantas de la extinción y de paso, nos liberarán de estos marcianos tiranos. Pero él tiene claro que es frutero, seguidor del Betis manquepierda, devoto de la Macarena y no tiene claro si su ex-mujer pertenece a esta civilización o a la otra.
Tiene una legión de seguidores en su blog, en Youtube y en Facebook, escribe en un par de revistas de ufología, toma café de vez en cuando con Miguel Blanco e Iker Jiménez y el otro día,… Continuará…
Puerta 4. Francisco, pío, devoto de San Francisco que espera a una buena mujer
Francisco es un vecino rara avis que vive en la puerta cuatro. Contradictorio, rutinario, amante de la ley y del orden, pío, devoto de san Francisco, soltero y buena gente. A primera vista, no sabes si la vida le ha gastado una pesada broma o es un cachondo mental que se ríe de su propia sombra; a segunda vista, la cosa cambia. Maquinista ferroviario que ronda los cincuenta años con jubilación anticipada y asiduo a la misa dominical en la iglesia de San Francisco. La misma iglesia en la que recibió el bautismo, la comunión, la confirmación y en la que pide con mucha devoción encontrar una buena mujer con la que casarse antes de irse al otro barrio y escuchar unas novenas por celestiales. Como la oración no exime de tener dificultades vitales ni tampoco parece de mucha ayuda para arreglar las cosas del corazón, Francisco alterna los avatares divinos con los humanos con la música mediante. Canta y toca la guitarra en el grupo parroquial, colabora los mediodías en el comedor social que depende de una organización sin ánimo de lucro y acompaña al sacerdote de su parroquia a aliviar ánimas nocturnas por las zonas más degradadas de la ciudad. Esperanza, comida y orientación dirigidos a tipos y tipas a los que la vida ha dado un buen revés, un buen mandoble que les ha dejado fuera de juego. Hombres y mujeres que duermen entre cartones y pululan por la ciudad acompañados de un carrito de supermercado, un tetrabik de vino, algunos recuerdos, cuatro enseres y escaso futuro. (…) Hace un par de semanas, el cura y el bueno de Francisco se encontraron junto a unos contenedores de basura a una mujer de mediana edad medio desnuda, temblorosa, desmemoriada e incapaz de recordar su nombre que… (…) Continuará.
Atentos que en próximos artículos iré subiendo más personajes. Saludos.