Un coach, una albañil emocional y la bruja Lola. Mis nuevos vecinos
Un adelanto de mis nuevos vecinos y las dos primeras plantas. (Por cierto, acepto alguna sugerencia de vecinos. Aún estás a tiempo).
Planta baja puerta 0: Borja o Borjita. Amante de los eneagramas, bastante pijo, experto en niños interiores, pañales y caquitas emocionales. Lo mismo te habla de la esencia que te saca a la palestra a tus padres. Charlatán de feria que cada dos por tres recuerda a su público sus antiguos problemas con las drogas. Un tipo sin estudios en psicología que dice arreglar mentes ajenas y que está encantado de conocerse. Don Narciso ya tiene quién le escriba. Se lleva bien con los niños de todo el mundo.
Planta primera:
Puerta uno. Lola. Una bruja venida a menos que te pone una vela negra en menos que canta un gallo. Entrañable. Hizo un curso de psicología paranormal y quiromancia. Presidenta de la comunidad este año.
Puerta dos. Javier. Experto en desarrollo personal, inteligencia emocional, mentes, pareja, depresión, vida, ansiedad. Este tipo lo sabe todo. En su haber consta muchas experiencias, buena comunicación, unos cursos de coaching en el extranjero y un pasado repleto de cráteres (reales y adornados) que saca a la palestra siempre que puede. Convive con un sujeto en b que le escribe todo lo que publica en su web. No soporta al de la planta baja
Planta segunda.
Puerta 3. Rut, albañil emocional. La crisis le pilló a pie cambiado y dejó la construcción de casitas para dedicarse a la construcción de un gran timo: sus ideas. Su palabra mágica es abundancia y le debe todo o casi todo al Universo. Experta en emociones gracias a los catorce libros que se ha leído y a un par de seminarios de desarrollo personal, un curso Online de los que anuncian en Facebook de mejora mental y una escapada de fin de semana a un curso de esos de darse abrazos y desnudarse #aversipillocacho
Puerta 4. Carlos. Un antiguo ingeniero cansado de los Excel que un día descubrió su amor por las mentes y por democratizar la sabiduría. Terapeuta gestalt, programador neurolinguistco, entrenador emocional y coach de vida (todos sus cursos no duran más de 147 horas). Un motivador nato que tiene hasta los mismísimos al camarero del bar de la esquina y a los vecinos del tercero. Enamorado de la del ático.
Mañana, más. O pasado.

